Aunque creamos no tener ningún problema, y especialmente a partir de los 50. Cualquier pequeño signo de pérdida de audición detectado a tiempo puede ayudarnos a evitar, o al menos a frenar, algunos procesos de deterioro de la capacidad auditiva.
La mayoría acudimos a la consulta de un/a dentista o de un/a oftalmólogo/a a revisar nuestros dientes o nuestra visión. Sin embargo, la revisión del oído y su capacidad auditiva queda un tanto olvidada.
Una revisión auditiva permite evaluar la capacidad de audición de una persona en tan sólo unos minutos.